A la pregunta de ¿Hay Santos?, enunciada por los niños del lugar, venía hacia la entrada de la casa la vecina con los frutos del otoño para llenar la talega o cesta de los pequeños pedigüeños, que obtenían un botín de almendras, nueces, ambos frutos con su cáscara, castañas, higos pasados o tunos pasados.
Se trata de la costumbre canaria para el Día de Todos los Santos, víspera del Día de Difuntos, de Finados o Finaos (Gran canaria) en los que los mayores de la familia contaban historias de recuerdo a los que ya no estaban, compartiendo todas esas viandas recolectadas por los pequeños en su peregrinar casa por casa del lugar.
Hoy en día aún se conservan en algunos rincones esta bonita tradición: en unos sitios todavía se da “El pan por Dios”, que tiene como origen al pan que regalan ese día los panaderos como agradecimiento a su fiel clientela de todo el año, además de “Los Santitos” o “Los Santos” que se pedían casa por casa… Y que conviven con la celebración a lo anglosajón de Halloween con sus calabazas y disfraces para conmemorar, al fin y al cabo, una fecha para el recuerdo a los difuntos.
Algunas de las recetas más populares en nuestras islas para el día de difuntos son las castañas guisadas, hervidas con anís, agua y sal, castañas asadas a la lumbre, los higos pasados con una almendra dentro o de manera más elaborada el pan de higos o el queso de almendra.
Fuentes: