¡Qué gran alimento son los frutos secos! Los tenemos a nuestra disposición todo el año, precisamente por esa condición de “secos”, ya que la ausencia de agua ayuda a conservar sus infinitas propiedades nutricionales. Pero si hay un momento en que este regalo de la naturaleza está en su máximo nivel alimenticio es en la temporada de otoño.

Durante este periodo es cuando se cosechan muchos de los frutos secos que podremos consumir durante muchos meses después de la fecha de su recolección.

Y ¿cuáles son esos frutos secos? Y más importante, ¿por qué deberíamos incluirlos dentro de nuestra dieta habitual?

1 Almendras.

La puedes encontrar en postres, en recetas tradicionales o en platos gourmet. Quizá uno de los frutos secos más utilizados en la cocina y en la repostería, y especialmente en nuestra gastronomía canaria. Es en otoño cuando están más tiernas y con todo su potencial nutricional listo para que lo aprovechemos como es debido.

Una ración de 30 gr de almendras, nos aportan el calcio, el fósforo y el magnesio necesario para mantener nuestros huesos en forma.

2 Avellanas.

Su cosecha comienza en el mes de octubre y su sabor es la responsable de que se nos haga la boca agua en cuanto pensamos en una famosa crema a base de avellanas y chocolate… o ¿sólo nos pasa a nosotros?

Aunque no sólo con el chocolate están deliciosas, este fruto seco nos aporta muchos beneficios. Poseen grasas monoinsaturadas o como se suele decir, grasas buenas que nos ayudan a reducir los niveles de colesterol. También nos aportan Vitamina E.

3. Piñones.

Junto con las almendras, son los frutos secos que más proteínas nos pueden aportar y poseen grasas de gran calidad tipo Omega 3 y 6, esenciales para mantener una buena salud cardiovascular.

Un fruto seco muy bueno para grandes apasionados del deporte por su capacidad para cuidar de nuestra masa muscular e ideales para reforzar dietas veganas. También contienen minerales como hierro, cobre, manganeso, potasio y fósforo.

4. Nueces.

Son todo un tesoro nutritivo en forma de fruto seco. Muy ricas en proteínas y fibra, contienen un 10,8% de ácido oleico (monoinsaturado) y un 51% de ácido linoleico (polinsaturado). Con una alta capacidad antioxidante, contiene vitaminas del tipo A, B, C y E y minerales como el magnesio, calcio y hierro.

5. Castañas.

El símbolo del otoño por excelencia, un fruto seco muy apetecible en esta época del año. Y es que oler a castañas asadas mientras vas por la calle, es algo prácticamente irresistible.

Entre sus beneficios, podemos citar que son muy ricas en hidratos, por lo que ayudan a saciarnos rápidamente, lo que las hace ideales para deportistas. También son ricas en vitamina C, y contienen algo de vitamina A y E, además de un buen aporte de manganeso, cobre y potasio.

6. Higos.

Otro de los reyes indiscutibles de la temporada de otoño es el higo, que con la llegada del otoño comienza a consumirse en su modalidad de higo seco. Un manjar que nos acompañará hasta los meses de invierno. Recetas de todo tipo como pan de higos, postres y guisos tradicionales nos hablan de la importancia de esta delicia de la naturaleza.

Entre sus propiedades podemos destacar su contenido en fibra, representando un 20% de su volumen, lo que convierte al higo seco en un gran aliado contra el estreñimiento, son muy saciantes y reducen el riesgo de padecer diabetes. Además contienen minerales como hierro, potasio, calcio, magnesio, fósforo y manganeso.

Como ves, es el momento de disfrutar de todo su sabor y de su mejor textura ahora que están de temporada. En general, los frutos secos son un gran complemento en nuestra dieta, una fuente de energía fácil de llevar a cualquier parte como tentempié y grandes ingredientes para tus platos. ¡Disfrútalos!

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