El 16 de octubre se celebra el día mundial de la alimentación, este día coincide con la fecha fundación de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación). Se promueve enfrentarse contra los diferentes problemas que surgen en el mundo en materia de alimentación y se alinea con diversos objetivos como el mencionado en la agenda 2030: “Hambre cero”.
Este año su lema es: El agua es vida. El agua nutre. No dejar a nadie atrás. Alertan de que solamente el 2,5 % del agua es dulce, apta para beber, para la agricultura y para la mayoría de los usos industriales. Y, además ,se ha disminuido un 20% los recursos de agua dulce por persona, destacando un deterioro rápido en su disponibilidad y calidad, lo cual se debe a un uso y gestión del agua deficiente durante años. Es importante tener en cuenta lo imprescindible que es el agua para nosotros y para el planeta.
Sin beber agua no seríamos capaces de sobrevivir más de 3 o 4 días.
El cuerpo humano cuenta con más de un 50 % del peso corporal como agua, existiendo variaciones en función de la edad y otros factores, siendo imprescindible para realizar numerosas funciones vitales, como la digestión o la circulación de nuestra sangre. De hecho, sin beber agua no seríamos capaces de sobrevivir más de 3 o 4 días.
Por otro lado, se observa su importancia en las actividades que realizamos los seres humanos. En la agricultura, de las extracciones mundiales de agua dulce se destina un 72% a esta actividad.
Pequeñas acciones pueden suponer una gran ayuda
El agua es finita y debemos dejar de darla por descontada, es importante actuar para mejorar la forma en la que usamos el agua en nuestra vida diaria. Pequeñas acciones pueden suponer una gran ayuda para trabajar por este propósito. Pasa desde usar la lavadora con la carga completa, cerrar el grifo mientras nos enjabonamos, no utilizar el
inodoro como papelera, reutilizar el agua ( por ejemplo: recoger el agua que sale mientras esperamos a que esta tenga la temperatura que esperamos y usarla para regar las plantas)…
Corremos el riesgo de sobrecargar este recurso hasta un punto de no retorno. Se trata de un recurso infinitamente valioso.
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