Uno de los principales síntomas de la ansiedad es el hambre emocional. Es común que cuando atravesamos épocas de grandes presiones y preocupaciones, experimentemos un ansia mayor experimentemos un ansia por consumir alimentos muy dulces o muy salados.
Esta conducta en nuestros patrones de alimentación puede empeorar mucho más la situación. Por ello, es conveniente tener en cuenta lo que nos revelan desde un estudio de la Universidad de Harvard: un cambio en la dieta puede aliviar la ansiedad.
Los frutos secos poseen elementos nutricionales excelentes para conseguir evitar la ansiedad a través de la dieta. Concretamente, contienen Omega 3, Magnesio, Potasio y Vitaminas del grupo B relacionadas con el metabolismo celular.
- Magnesio, presente en las nueces, las almendras y las pipas de girasol, está relacionado con la reducción de los estados de ansiedad y estrés.
- Omega 3, presente en las nueces, los pistachos, las almendras y las castañas, contribuye a nuestra salud cardiovascular.
- Vitaminas del grupo B, que como decíamos son responsables en general, del metabolismo celular, contribuyen a mitigar los síntomas de la ansiedad.
- Potasio, que ayuda a regular la tensión arterial, está presente en almendras, piñones, pipas de girasol, pistachos y nueces.
Además de los frutos secos, debemos introducir buenos hábitos cotidianos como hacer ejercicio regularmente, beber entre 6 y 8 vasos de agua al día, no fumar ni ingerir bebidas alcohólicas, reducir el café, establecer unos horarios regulares para hacer las diferentes comidas del día y en general, comer más fruta y verdura.
De este modo, debemos tener en cuenta que, además de introducir buenos hábitos alimenticios y de ejercicio en nuestra rutina diaria, debemos encauzar una situación de ansiedad y estrés con la ayuda de estrategias psicológicas.
Fuentes:
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