Las celebraciones por la llegada del Ramadán, el mes sagrado del Islam, comienzan este jueves 23 de marzo y terminará la noche del 21 de abril. Casi 2.000 millones de musulmanes en países de todo el mundo están llamados a conmemorar esta festividad y empezar un mes de ayuno en el que deben abstenerse de comer, beber y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol.
Durante este mes los musulmanes toman una comida antes del amanecer, conocida como suhoor o sehri y no comen ni beben nada hasta que rompen el ayuno al atardecer para la cena, llamada iftar o fitoor.
Esta festividad recuerda la primera revelación del Corán a Mahoma y tiene para los fieles musulmanes un especial significado religioso.
Es tradición llevar ropa nueva y, de camino a la mezquita, comer algo dulce, como un dátil, y recitar una breve oración, llamada takbeer. Ese día, además, antes de las oraciones del Eid, todo musulmán está obligado a hacer un donativo a la caridad, llamado Zakat al-Fitr, para ayudar a alimentar a los pobres.
Los más de 2,2 millones de musulmanes que hay en España, celebrarán el Ramadán sin las restricciones provocadas por la pandemia por segundo año consecutivo.
El 42% de los musulmanes es español, mientras que el 58% es inmigrante, de ellos un 38% son marroquíes y el resto son de diferentes nacionalidades.
Y si hay un alimento verdaderamente protagonista en el Ramadán, ese es el dátil. Nunca pueden faltar los dátiles en la mesa en ninguna de estas comidas, no importa a qué estatus social se pertenezca.
En los lugares donde predomina la religión islámica, es frecuente ver las tiendas y supermercados con todo tipo de dátiles en sus estanterías, incluso dedicándoles espacios especiales, llenos de muchas variedades, desde la más corriente, la deglet nour a los famosos dátiles medjoul, apreciados por su gran tamaño, carnosidad y excelente sabor.
Existe una creencia entre la comunidad musulmana de que el profeta Mahoma rompía siempre el ayuno con dátiles y agua, atribuyéndole la frase: «Una casa sin dátiles es una casa donde se pasa hambre»