Con la llegada del verano y de las altas temperaturas que le suelen acompañar, solemos huir de comidas copiosas y pesadas y nos solemos decantar por alimentos más ligeros y sin apenas preparación, buscando digestiones ligeras que nos alejen de la sensación de pesadez y cansancio, como los frutos secos.

Una de las formas de conseguir una alimentación completa y saludable en verano es incluyendo los frutos secos en nuestra dieta. Aquí te vamos a dar cuatro poderosas razones por las que los frutos secos se van a convertir en tu mejor aliado alimenticio durante los meses de más calor:

Razón número 1:

Los frutos secos son frutos, semillas o legumbres que han perdido su contenido en agua, perdiendo parte de su peso, lo que los convierte en ideales para llevar encima en todo momento como opción de tentempié ligero, sin riesgo a que se estropeen por las altas temperaturas, ya que las soportan muy bien, si están bien conservados.

Razón Número 2:

Gracias a su gran aporte energético, ricos en grasas cardiosaludables, los frutos secos nos reponen del desgaste calórico en actividades que solemos realizar en nuestro tiempo libre y especialmente en la época estival, como en excursiones por el campo o la montaña, excursiones turísticas en ciudad, largas jornadas de playa o piscina donde retrasamos nuestros horarios habituales de las comidas. Los frutos secos nos salvarán de más de un apuro aportándonos energía e hidratación.

Razón número 3:

Y una de las más importantes en los meses del año donde los rayos del sol inciden con más intensidad, los frutos secos tienen cualidades antioxidantes, gracias a su contenido en vitamina E, preparando nuestra piel en la época en la que está más expuesta al daño solar.

Razón número 4:

Los frutos secos serán tus aliados contra el estreñimiento gracias a la gran cantidad de fibra que contienen. Otro de los cambios que solemos realizar en el verano es el cambio de los horarios de las comidas, estemos o no de vacaciones, nos vemos más con los amigos y familia y eso conlleva largas reuniones alrededor de la mesa. También, cuando salimos de viaje y probamos la gastronomía de otros lugares (cosa muy recomendable, claro que sí), puede alterar nuestras digestiones y provocarnos estreñimiento ocasional, al no ser nuestra alimentación habitual.

Siempre consumiendo las cantidades recomendadas, los frutos secos pueden convertirse un aliado perfecto para combatir el calor y las molestias derivadas de nuestros cambios de hábitos durante el verano. Además, podemos aprovecharnos de las diferentes variedades eligiendo un tipo cada día: almendras, nueces, manises, anacardos, avellanas… que además de saludables están buenísimos.

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