Las avellanas, por lo general, se recolectan en los meses de otoño y se pueden conservar por varios meses (siempre en frascos a resguardo de luz y en un lugar lo suficientemente aireado). En su composición química las avellanas tienen altas proporciones de grasas de gran calidad, proteínas, hidratos de carbono, un poco de fibra y muy poca agua. Algunas de las vitaminas presentes en las avellanas son las vitaminas A, B1 y E. Este fruto seco también posee minerales como calcio, potasio y fósforo y azúcares simples.
El consumo regular de avellanas está recomendado en casos de estrés, estreñimiento, anemia, insuficiencia renal, cirrosis y cáncer. Al mismo tiempo, las avellanas son frutos que ayudan a reducir el colesterol, mejoran la formación del feto en mujeres embarazadas, previenen la descalcificación y los problemas cardiovasculares y mejoran la salud de dientes y huesos.
Las avellanas proveen de una fuente de calorías híper-concentrada. Los ácidos grasos presentes en las avellanas, además, son ácidos grasos mono-insaturados (por lo que ayudan a bajar el colesterol malo). Lo bueno de las avellanas es que se pueden consumir tanto en preparaciones dulces como saladas y a cualquier hora del día.
Fuente: http://blogdefarmacia.com/nutricion-completa-con-avellanas